miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Quién es el arquitecto?



"Todo ser humano nace en este mundo totalmente equipado no sólo para tomar el cuidado de sí mismo, sino también para contribuir al bienestar del mundo en su conjunto. Algunos reciben la oportunidad de explorar su potencial, pero muchos otros no tienen la oportunidad de desenvolver los regalos maravillosos con los que nacieron y acaban muriendo con esos dones inexplorados mientras el mundo queda privado así de sus contribuciones".      Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006. Bangladés.

   Fue en Septiembre del 2008. El colegio de arquitectos de Madrid organizaba diferentes charlas para dar la bienvenida a los nuevos colegiados que por allí andábamos buscando algo que fuera lo más parecido a una semilla para enraizar nuestro futuro laboral. Un arquitecto español decía venir de Asia y empezó su conferencia con una foto donde se veían dos personas muy diferentes entre sí. A la izquierda, una foto en blanco y negro de alguien serio con aspecto moderno como interesante. A la derecha, alguien con una postura más casual con aspecto más alegre y dinámico. En esa imagen se apoyaba el compañero de profesión para lanzarnos una pregunta tan simple como concisa y que se convertiría en la piedra angular de su mensaje: ¿Quién es el arquitecto?

   Cualquier formación universitaria siempre desvirtúa la realidad del mundo laboral y la de arquitectura no es una excepción. Para la mayoría de los recién graduados en esta materia, la primera elección al incorporarse al mercado laboral es la de optar por dedicarse al mundo del diseño arquitectónico, siempre tan idealizado en la universidad, o elegir por el mundo de las constructoras, conocido como el lado oscuro en el mundo universitario. Sabedor de este dilema, el arquitecto español se dirigió al público de su charla sin tapujos y decidió poner el dedo en la llaga desde el principio de su conferencia con su primera frase, la pregunta anteriormente mencionada. La mayoría de los allí presente eligieron el hombre de la izquierda. A mí no me extrañó el resultado ya que el mundo académico se había encargado bien de educarnos para valorar ese tipo de arquitectos como un buen ejemplo de lo que significa el éxito laboral, especialmente los profesores de la disciplina de proyectos quienes siempre creen ser la quinta esencia de la arquitectura por defecto. Hay que saber que en muchas escuelas de arquitectura negarse a ser un arquitecto de imagen moderna e interesante es lanzarse directamente al lado oscuro de la arquitectura y nunca valoran bien el aspecto de un arquitecto casual, alegre y dinámico. El mensaje de la conferencia era claro y conciso para el arquitecto español. La arquitectura es un mundo tan gratamente amplio que un arquitecto tiene cantidad de campos para decidir su carrera profesional, pero la universidad educa generalmente enfocando el éxito laboral en conseguir ser un arquitecto estrella, una figura pública que posa seriamente en fotos en blanco y negro de manera interesante y cuyas obras son encargos directos del poder gobernante donde el arquitecto ve una oportunidad clara donde peinar su ego en proyectos de presupuesto ilimitado procedentes del dinero público. El discurso avanzó diciendo que comenzó su carrera profesional con el mismo dilema que teníamos la mayoría de los asistentes. Él decidió por el lado oscuro del que habla la universidad y su actividad profesional se fue haciendo fuerte en la gestión y coordinación de proyectos como un miembro más dentro de diferentes equipos de trabajo multiculturales junto a otros colegas arquitectos e ingenieros a lo largo de sus muchos años en Asia. Terminó la charla volviendo a preguntar lo mismo que al principio y la respuesta sobre quién era el arquitecto en la foto no se decantó de manera tan abrumadora como al principio por el hombre serio e interesante de la izquierda. Su última frase fue una invitación a la búsqueda de la felicidad personal y profesional junto a la gente amada que nos rodea en función del campo o área en el que quisiéramos desarrollar nuestra vida profesional. 

   Recuerdo que asistí a esa conferencia por casualidad. Yo nunca pensé en trabajar en Asía hasta que ese día me reencontré con el amigo Alfonso Andériz Wu de los primeros años de carrera y me sugirió aventurarnos juntos en esa experiencia asiática que el arquitecto español nos describió con exquisita brillantez. He compartido el mensaje de esta conferencia con muchos otros compañeros de profesión hasta quedarse en mi memoria grabado como una gran referencia, me ayudó mucho a la hora de tomar mis primeras decisiones laborales, las cuales también empezaron por lanzarme al lado oscuro como se mencionaba en la universidad. No hace mucho tiempo mi mujer, arquitecta asiática que optó por el mundo del diseño arquitectónico, me sugirió hacer esa misma pregunta a nuestros amigos y conocidos de nacionalidades muy dispares y cuyas profesiones no se limitan al ámbito de la arquitectura. La sorpresa fue además de inesperada muy ilustrativa sobre la percepción de la figura del arquitecto en sociedades bien diferentes como puede ser India, Singapur, Indonesia, Latinoamérica y otras muchas ciudades de Europa. Pero tal vez, lo mejor sea invitarte a leer las respuestas por ti mismo visitando este enlace a mi página de Facebook, pinchando aquí, debido al interés que tiene leer las diversas opiniones y sacar así también tus propias conclusiones.
 
¿Te quieres dar un paseo laboral por Asia?, lee aquí.

4 comentarios:

  1. Es curioso..en el mismo momento en que lanzaste esa cuestión apoyado con esas fotos la reflexión que acabas de exponer en tu relato estaba servida. Intuyo que en la mente de casi todos los que nos aventuramos a contestarla (a pesar de las diferencias linguísticas, sociales, culturales y gremiales) rondó el eterno dilema al cual nos enfrentamos en nuestra vida laboral o en la que podemos ver de lo que nos rodea: reconocimento profesional o humildad, devoción-pasión o sumisión.."live to work" "work to live".
    Pero está claro, hablando de colores, que nos decantamos por el "lado oscuro" pero teñido de multitud de colores...ese lado oscuro sin blancos-negros; Siempre existe una gran gama de ellos que hacen mejor la vida, y ya no sólo la profesional, sino la nuestra en letras mayúsculas.
    Bss!

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  2. Subscribo completamente lo q comentas en tu post! Ojala hubieramos tenido charlas inspiracionales mas pronto en nuestras carreras! El daño q ha hecho a muchos d mis compañeros esa busqueda del ideal de la profesion de arquitecto diseñador por encima de todo...Enhorabuena!

    Gonzalo Portellano.

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  3. No sé si será porque he venido a este post después de leer unos juegos de lógica, pero lo primero que se me ha ocurrido es: necesito más datos. No sé por que, pero no se me ha ocurrido que fuera el de la izquierda (o el de la derecha) Si me hubieran preguntado ¿Cuál es el arquitecto vocacional? probablemente hubiera dicho que el de la derecha, porque el de la izquierda ha llegado allí buscando el dinero, por imposición paterna, etc., pero si se pregunta sólo ¿Quién es el arquitecto?... Me faltan datos.

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  4. ¡Muchas felicidades, maestro! Con respecto a lo que te pregunté, de momento voy a intentar hacer unas prácticas en algún estudio nacional antes de lanzarme al exterior. Obviamente, me encantaría ligar mi trabajo a una mejora de la sociedad, creo que es una de las facetas de nuestras profesión más necesarias y bellas. Para nada mi objetivo es ser un arquitecto elitista con atuendo negro, rápidamente percibí en la escuela que esa gente nada nos iba a enseñar ni inculcar para solucionar los problemas reales del mundo. En un futuro quiero ayudar con mis conocimientos al desarrollo de una sociedad mejor y más justa, para lo cual tendré que desplazarme a lugares más desfavorecidos. Y lo haré encantado, porque es una obligación que los afortunados que hemos podido estudiar tenemos con quienes sufren en el vértice más débil de la sociedad. Aún así, me gustaría probar un primer contacto 'más técnico' para conocer los entresijos de la profesión. Cuando tome la decisión firme de emigrar te pediré consejo.

    Un saludo,
    José María.

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